Bodas de Plata de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de El Buen Suceso

Fiesta del Niño Jesús del Pichincha




    Quiso la Providencia con la devoción ferviente al Niño Jesús del Pichincha,  que el Divino Salvador sea alabado en una edad casi nunca considerada: su pubertad. Así, ciertamente esta devoción es única en el  mundo, pues por doquier Nuestro Señor es honrado en su infancia, en su apostolado, en su pasión, y en su resurrección pero no en su temprana juventud.

    Por esto y desde hace muchos años, en la Iglesia perteneciente al Convento de la Inmaculada Concepción de Quito, el segundo domingo después del término de la Novena en Honor a la Santísima Virgen de El Buen Suceso - esto es, el segundo domingo de Febrero - así como todos los segundos domingos de cada mes son dedicados al Divino Niño Jesús de la Cruz del Pichincha.

   En una de sus Apariciones, sucedidas en dicho Monasterio, la Santísima Virgen de El Buen Suceso le decía a la Madre Mariana de Jesús Torres:

   "Crucificado viste a mi Divino Niño en el cerro del Pichincha. No fue por acaso. Como esta colina domina la ciudad, mi Hijo Santísimo quiso santificar ese lugar, desde donde el Corazón Santísimo de mi querido Jesús desea ejercer su dominio".

   Así se refería Nuestra Señora a la Visión que tuvo la Madre Mariana a fines del año 1628. En ella, la Santa Fundadora presenció al Niño Jesús en los inicios de su adolescencia, en la cima del Monte Pichincha crucificándose por causa de nuestrras ingratitudes.

   "Y así, - proseguía la Madre de Dios- como por mandato mío, dejaste mi Imagen sobre la Sede Abacial, en el Coro superior de éste mi Convento, para gobernarlo y defenderlo, y hacer el bien a todas las poblaciones y ciudades, queremos igualmente, Mi Hijo y Yo, que hagas reproducir esta visión en estampas, valiéndote del actual Obispo, Sacerdote prudente y virtuoso, escribiendo en ellas las mismas palabras que oíste de labios de tu Amor Crucificado en el cerro del Pichincha. Esas estampas volarán por el mundo entero y a todos impresionará santamente, sin saberse en el transcurso de los tiempos de su procedencia".

Imagen del Niño Jesús del Pichincha, Convento de la Inmaculada Concepción de Quito

   Para esto el Obispo de Quito, Fray Pedro de Oviedo, había también contemplado la misma visión de la Madre Mariana: el Niño Jesús le pedía al Prelado grabar en estampas tal Aparición, y divulgarlas por todo el mundo, debiendo añadirles las palabras pronunciadas por el Divino Niño en dicho monte.

   El Obispo entendió que las estampas jamás desaparecerían con el transcurrir de los siglos, siendo continuamente reproducidas, llevando impreso en sí mismas el don de conquistar corazones para el amor a Dios.

   Cabe indicar, que don Pedro de Oviedo, elevado a la categoría del primer Arzobispo de Quito, varón de Dios, y cuyo pastorado es considerado entre los mejores si no el mejor de la historia de dicha ciudad, lleno de discernimiento adquirido en su etapa de fraile cisterciense, vio claramente cuán verdaderas eran todas las revelaciones que le había confiado la Santa religiosa así como el trato íntimo de ésta con Dios y su Santísima Madre.

Estampas del Niño Jesús del Pichincha y de Nuestra Señora de El Buen Suceso


Consideraciones al Niño Jesús de la Cruz del Pichincha

Y Jesús crecía en sabiduría y en edad, y en gracia delante de Dios y de los hombres. (Lucas 2: 52).

   Capullo hermosísimo y adorable, el Niño Jesús del Pichincha nos presenta al Redentor en los alvores de su juventud.

   Quiso su Madre, la Reina de El Buen Suceso sea honrado en el Ecuador, talvez el primer país en el mundo en tener tal honor.

   Joven, Dios, Rey y Hombre...la tierna sonrisa de su faz  embarga de amor y deleita suavísimamente el alma.

   Es al Divino Corazón de este hermoso Niño, quien sobre el Monte Pichincha quiso beber el cáliz amargo de la crucificción por los pecados del Ecuador, al que dos siglos después se consagraría nuestra nación, tal como Nuestra Señora de El Buen Suceso nos lo anunciara.

   Amemos al Niño Jesús del Pichincha, amemos a Nuestra Señora de El Buen Suceso, honrémoslos de corazón, pues Ellos, en un día no muy lejano salvarán al Ecuador como nos lo han revelado.

Pídase aqui una gracia al Divino Niño Jesús del Pichincha.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Divino Niño Jesús del Pichincha, tened piedad de nosotros

Oh ! Madre de El Buen Suceso, ruega por nosotros.